Científicos acaban de anunciar una nueva tecnología capaz de extraer hidrógeno del agua marina sin desalación previa.
Aunque los coches eléctricos van ganando la batalla, otra de las opciones de transporte que goza de cierta implantación, especialmente en el transporte público, son los motores de hidrógeno. Entre las ventajas de esta nueva tecnología se encuentra la ausencia absoluta de emisiones de gas invernadero, ya que el único elemento resultante de la combustión es el agua. Además, se pueden repostar con la misma rapidez que un vehículo con motor de explosión. Sin embargo, aparte de los problemas logísticos de instalar una red de estaciones de repostaje para vehículos de hidrógeno, uno de los inconvenientes es que la producción de hidrógeno es cara y muchas veces contaminante. Para obtener hidrógeno se puede utilizar un combustible fósil como el gas natural, el llamado proceso de Kværne, aunque la otra opción consiste en utilizar uno de los recursos más abundantes del planeta: el agua. El mecanismo básico consiste en realizar una electrólisis para separar los átomos de oxígeno e hidrógeno. Hasta ahora, hacía falta utilizar agua dulce. Y entre agua para beber y agua como fuente de energía, la elección estaba clara. Porque la desalación es un proceso muy intensivo en energía. Pero en la Universidad de Stanford creen que han dado con la solución.
El secreto reside en un nuevo revestimiento metálico para los electrodos que llevan a cabo el proceso de separación del hidrógeno formado por hidróxido de hierro-níquel sobre una capa de sulfuro de níquel. El principal obstáculo de la electrólisis en agua salada es que los electrodos atraen moléculas de cloruro, que produce el deterioro del material. El nuevo revestimiento no solo evita la corrosión, sino que permite utilizar hasta diez veces más electricidad para acelerar el proceso. Además, su diseño tiene una alta eficiencia energética y puede funcionar con energías renovables, en este caso una placa fotovoltaica. No es la primera vez que se experimenta con la generación de hidrógeno a partir de agua salada, pero los anteriores intentos, entre los que se cuenta la Moonshot Factory de Alphabet o la Marina estadounidense, no lograron los resultados esperados. El proyecto tecnológico se encuentra aún en una fase inicial, pero los científicos ya han demostrado su viabilidad y consideran que podría ser el comienzo de una nueva era de energía basada en pilas de hidrógeno.
¿Qué vehículos utilizarán el hidrógeno?
Ya hemos mencionado la tímida implantación de los coches alimentados con hidrógeno, pero no se trata del único campo con potencial. Si hace poco hablamos de los trenes impulsados por hidrógeno que se están desplegando en el Reino Unido, hay iniciativas por todo el mundo encaminadas a convertir esta tecnología en realidad. Desde el avión basado en motores eléctricos y de hidrógeno de una empresa de Singapur hasta el ferry propulsado con hidrógeno cuya botadura está prevista para este año en San Francisco (EEUU).
Una de las ideas más visionarias consiste en el desarrollo de barcos que utilicen hidrógeno obtenido en alta mar como fuente de energía, lo que permitiría sustituir el contaminante fuel que utilizan en la actualidad. ¿Y por qué no? Equipos de inmersión submarina que generen oxígeno para los buceadores.