Depende mucho de los criterios que se utilicen para medir su desempeño. Están los que proponen a Bill Gates, Steve Jobs y Elon Musk. Estos son los argumentos.
Jeff Bezos dijo que uno de los mayores logros de sus 27 años como CEO de Amazon fue hacer bostezar a la gente.
Convertir un invento sorprendente, como las entregas «increíblemente rápidas» o la computación en la nube accesible, en algo tan habitual que hace bostezar a la gente fue el secreto del éxito de su compañía. «Ese bostezo es el mayor cumplido que puede recibir un inventor», escribió Bezos la semana pasada en un correo electrónico que le envió a los 1,3 millones de empleados de Amazon.
En lugar de bostezar, los accionistas de Amazon lo aplauden desde que comunicó que dejará el cargo de CEO este verano boreal. Algunos se apresuraron a describir al empresario, que convirtió una librería online en una máquina multinacional con una valuación bursátil de u$s 1,7 billones, como el mejor director ejecutivo de la historia de la tecnología.
Es una idea interesante, aunque depende mucho de los criterios que se utilicen para medir su desempeño. ¿Debería ser evaluado por el retorno total que obtuvieron los accionistas, por el uso transformador de la tecnología o por el ejemplo personal y el impacto en la sociedad?
Ben Thompson, autor del newsletter Stratechery, propone sólidos argumentos por los cuales Bezos se merece el galardón. En la década de 1990, el fundador de Amazon fue uno de los primeros en darse cuenta de las implicancias del asombroso aumento del uso de Internet, que entonces crecía más rápido que cualquier cosa que estuviera «fuera de una placa de Petri», como él decía.
En sus cartas anuales a los accionistas, Bezos describía las nuevas reglas de esta economía de Internet y se obsesionaba con darle prioridad a los clientes. Guiado por estos principios, construyó tres negocios extraordinarios: la plataforma de comercio electrónico de Amazon, su división de computación en la nube y su mercado para otros vendedores. Al hacer realidad su visión de crear la Tienda de los Sueños, Bezos permitió a millones de clientes comprar productos, trabajar a distancia y hacer maratones de películas durante la pandemia de Covid-19.
Bezos seguirá siendo presidente ejecutivo, pero dijo que quiere dedicar más tiempo a intereses externos, como los viajes espaciales, los proyectos medioambientales y el Washington Post, el diario del que es propietario. Puede que se aleje de la empresa en un buen momento. Aunque Amazon ha creado gran parte de la infraestructura indispensable de la economía de Internet, muchos cuestionan cada vez más su costo social. Los nuevos y enérgicos congresistas, los competidores ofendidos y los empleados saturados de trabajo están persiguiendo a la empresa.
A pesar del éxito de Bezos, muchos seguirían eligiendo a Steve Jobs como el mejor CEO de la industria tecnológica. El visionario fundador de Apple lanzó la computadora Macintosh, el iPhone y transformó la tecnología de consumo masivo. Cuando dejó ese cargo en 2011, poco antes de su muerte, recibió una adulación casi universal. «Steve Jobs es el mayor líder que ha conocido nuestra industria», dijo Marc Benioff, CEO de Salesforce.
Otros elegirían a Bill Gates, fundador de Microsoft, que construyó la mayor empresa de software para computadoras personales y abrió la tecnología a miles de millones de usuarios. Cuando renunció a su cargo de CEO en el año 2000, durante una cruenta batalla antimonopolio con los reguladores, el entonces presidente Bill Clinton elogió a Gates como «genio de la tecnología».
Pero tanto Jobs como Gates fueron eclipsados por sus sucesores en términos de rentabilidad financiera. Tim Cook sumó u$s 1,9 millones al valor de mercado de Apple desde que asumió el máximo cargo en 2011, mientras que Satya Nadella agregó u$s 1,5 millones a la valuación de Microsoft desde 2014.
Mi voto iría para Elon Musk, que acaba de superar a Bezos como la persona más rica del mundo (siempre y cuando se acepte como moneda las acciones de Tesla, que están en territorio de burbuja). A veces es difícil desenredar los logros de Musk de todo el «bombo galáctico» y las tonterías que dicen los fanáticos tecnológicos que lo envuelven. Pero nadie puede dudar de sus asombrosos avances tecnológicos.
Si la medida utilizada para determinar la grandeza es quién hizo mayor mella en el universo, para jugar con la formulación de Jobs, es difícil vencer a alguien cuya cartera incluye Tesla, SpaceX, Solar City y Neuralink. CB Insights reconoce que está provocando disrupciones en ocho industrias.
En Tesla, Musk creó una automotriz que popularizó los autos eléctricos y aceleró el uso de la tecnología para baterías. Solo cuatro organizaciones lanzaron astronautas al espacio profundo: las agencias gubernamentales de Rusia, Estados Unidos y China y su SpaceX.
Musk sueña en grande, inspira inventos y ofrece resultados extraordinarios. Su carrera aún puede terminar en una explosión espectacular. Pero de lo último que se lo puede acusar es de provocar bostezos.
Traducción: Mariana Oriolo
Fuente: www.cronista.com