Los dichos o refranes están por algo y en este sentido podemos decir que cuando el río suena agua lleva. Llevamos avisándolo desde hace más de un mes y ahora ya está firmado oficialmente: el precio de la memoria RAM va a subir y ya no se descarta nada tras dichos pactos. ¿Estamos ante la peor escalada de precios de la historia?
Dicen que quien avisa no es traidor y como siempre, hemos intentado estar al día con todo lo relacionado con los precios, en este caso de las NAND Flash. Desde diciembre del año pasado había rumores e indicios de que los precios iban a subir y estaban esperando algo lógico: extinguir los contratos existentes y firmar unos nuevos, con volumen de chips adaptado a la demanda y con precios en crecimiento, por lo que, ¿dónde estamos ahora?
La subida asusta a la industria adjunta y consumidores
Las implicaciones y el alcance de esta subida va a tocar tantos palos que muchos ni se lo imaginan. Televisiones, smarphones, weareables y cualquier dispositivo que tenga que disponer de memoria NAND va a ver cómo su precio se incrementa, puesto que los fabricantes no van a asumir un sobrecoste de este calibre y menos en la escalada de precios de componentes adjuntos.
La industria está sumida en el caos, donde hasta el transporte está siendo un problema general y a punto de entrar en julio como tercer trimestre del año y aprovechando la caída de contratos típica de las fechas por ser mitad de año propiamente dicho, todo el mundo se lleva las manos a la cabeza.
Se informa de que los precios de la NAND Flash para este trimestre subirán un espectacular 10% y con ello las memorias RAM DDR4 y las nuevas DDR5, los SSD tanto SATA como M.2 y por supuesto las tarjetas gráficas van a verse afectados en plena salida de la pandemia y recuperación económica.
Las previsiones para este año y 2022 son dantescas
No ha faltado los comentarios de los primeros analistas que dominan el mercado mundial de estos componentes, y es que tras conocer las noticias y pese a que los contratos son muy cerrados para el público por motivos obvios, los movimientos se suceden tras bambalinas y se rumorea que el 4T ya está cerrado.
Incluso el año 2022 salvo debacle estaría hablado y con posibles pequeñas modificaciones. Lo que se sugiere (y aquí cojamos de nuevo un poco de sal) es que los precios podrían experimentar una subida paulatina donde interanualmente se llegue a casi un 25% de aumento del coste y casi un 40% frente al año 2019.
Por lo tanto, esto son muy malas noticias para los consumidores, puesto que estamos siendo espoleados por gobiernos a impuestos y la industria mira lógicamente para sí misma y sus beneficios. Ergo, ¿caerá la demanda y las ventas? o estamos ante una huida hacia delante de la que no hay casi escapatoria puesto que el sector de los servidores necesita los nuevos procesadores, RAM y ASICs?
Todo hace pronosticar que aunque la demanda caiga en PC los demás sectores mantendrán el nivel e incluso subirán sus necesidades, así que el futuro no es nada aulagueño con nosotros.
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Fuente: HardZone