Volkswagen incluye de serie en todas las versiones del SUV eléctrico ID.4 un sistema predictivo de frenado regenerativo que prioriza la inercia del vehículo pero que, en función del entorno, es capaz de modificar la intensidad de la frenada.
Volkswagen ha proporcionado una descripción sobre el funcionamiento general del freno regenerativo que incorpora su nuevo SUV eléctrico, el ID.4. Un sistema que en este caso ha recibido mucha atención por parte del fabricante alemán ya que, bien utilizado, puede ser responsable de elevar su autonomía de forma considerable, por encima de las cifras de homologación. Se trata de un sistema que puede configurarse de diferentes maneras según las necesidades de cada momento y que en este caso es controlado mediante un software que analiza las circunstancias exteriores para adaptar su respuesta.
Si hay una característica que diferencia a los coches eléctricos de los de combustión en lo que se refiere a la conducción es el freno regenerativo. En un coche eléctrico, la frenada se produce generalmente en dos fases. La primera parte del frenado es en realidad un freno eléctrico ya que interviene la electrónica de potencia para variar la fase del motor y convertirlo en un generador. Eso hace que mientras el coche frena además recarga la batería de alto voltaje de modo que la energía no se pierde en forma de calor por el rozamiento de la zapata sobre el disco. Si el conductor pisa el freno con más fuerza entonces interviene el sistema de frenos hidráulico convencional mediante fricción, formado por discos, tambores y zapatas.
Un sistema que podría asimilarse en cierta manera al freno motor en lo que se refiere a su función, es decir, retener el coche sin necesidad de emplear el freno mecánico. Pero mientras que en el caso de los motores diésel o gasolina esa función corre a cargo de un embrague situado en la caja de cambios, en el caso de los coches eléctricos, donde este elemento no suele existir, corre a cargo de la electrónica de potencia y el software que la controla.
La respuesta del sistema varía según el fabricante de cada coche eléctrico e incluso según cada modelo. En algunos casos la energía se recupera, en mayor o menor grado, nada más levantar el pie de acelerador. El límite de este efecto son los sistemas de un solo pedal en los que el coche puede llegar a detenerse por completo sin necesidad de tocar el pedal del freno, simplemente levantando el pie del acelerador. En el caso contrario, esa acción lo que hace es que el coche mantenga la inercia para circular a vela.
El frenado regenerativo del Volkswagen ID.4
En el caso del ID.4, Volkswagen ha optado por una estrategia diferente. Ya que cualquier conversión de energía se traduce en pérdidas de eficiencia, el fabricante ha optado por dar prioridad a la inercia, de manera que esa energía potencial se aprovecha para que el vehículo mantenga todo lo posible su velocidad. Este esquema de aplica cuando se tiene seleccionado el modo de conducción D (Direct-Avance) que es el preseleccionado en el momento de arrancar el vehículo.
Según Volkswagen, la inercia ofrece una “conducción relajada y predecible desde el momento en el que se quita el pie del pedal del acelerador“. Es decir, el coche se desliza a vela mientras no se toque el pedal del freno. Si se hace, se activa la frenada regenerativa, no mecánica, en el grado en el que el conductor lo requiera. El fabricante asegura que según sus estudios, la mayoría de las maniobras de frenado diarias necesitan una desaceleración de 0,25g, que no precisa la intervención del frenado mecánico: el servofreno eléctrico solo activa los frenos de fricción en situaciones que exigen más potencia de frenado.
Cuando esto se produce, la transición entre las dos fases de frenado pasa prácticamente desapercibida, debido al control rápido y preciso del sistema, que además garantiza que las ruedas traseras, las que están conectadas al motor y por lo tanto donde se produce la recuperación de la energía de frenado, siempre tengan suficiente agarre.
Eco Assistance, de serie en todos los Volkswagen ID.4
Todas las versiones del ID.4 incluyen de serie el sistema predictivo de frenado Eco Assistance que automatiza la intensidad de la regeneración. A partir de los datos del sistema de navegación y de los sensores del vehículo, ayuda a los conductores un apoyo efectivo para conducir de la manera más eficiente y relajada posible.
Cuando el ID.4 se acerca a un área de baja velocidad, como son los entornos urbanos, los cruces o las curvas, el sistema notifica al conductor que retire el pie del pedal del acelerador. El vehículo responde de manera similar cuando se acerca a un vehículo que viaja a menor velocidad. A partir de ese momento es la electrónica la que gestiona la óptima recuperación de energía sin que el conductor tenga que intervenir.
Mediante el interruptor del cambio de modo situado tras el volante, el conductor puede pasar al modo de conducción B (Brake-Freno), que amplía el efecto del sistema de frenado regenerativo. En este modo, el ID.4 recuperará energía desde el momento en el que se levante el pie del acelerador, sin detener el coche por completo. El límite se establece en 0,13g, que se considera un límite suficiente para que la desaceleración sea claramente perceptible sin confundir las sensaciones a las que están acostumbrados los conductores de vehículos de combustión interna. Volkswagen busca convertir “el funcionamiento intuitivo” en una de las mayores fortalezas de sus coches eléctricos.
Volkswagen ID.4
Con 4,58 metros de longitud, el ID.4 es el primer SUV eléctrico de Volkswagen que por ahora, tan solo se ofrecerá en una única variante y dos equipamientos. La mecánica común estará formada por un motor trasero de 150 kW (204 CV) de potencia alimentado por una batería de 77 kWh de capacidad útil, con la que homologa 520 kilómetros de autonomía en el ciclo WLTP. La previsión es que las primeras entregas se realicen a principios de 2021, aunque por ahora no hay anuncio de precios oficiales por parte de la marca.
Más adelante, Volkswagen aumentará las variantes que podrían ser heredadas de las del ID.3. De esta forma podría montar un motor eléctrico pequeño de 126 o 145 CV y uno más grande, el que se ofrece ahora, con 150, 160 o 204 CV, y podrá configurarse con tracción trasera o total. Lo mismo ocurre con las capacidades de la batería que serán las de 45, 58 y 77 kWh del ID.3.
El Volkswagen ID.4 se comercializará de forma global y se fabricará en tres continentes. Con la producción ya en marcha en Europa y China, y ya disponible para su reserva, Volkswagen ultima los detalles de la ampliación de la fábrica de Chattanooga, en el estado americano de Tennessee, para atender la demanda del continente americano a partir de la primavera de 2021.
Fuente: www.hibridosyelectricos.com