Un sistema de inteligencia artificial es capaz de anticipar los alumnos con dificultades y, de esa forma, intervenir de forma temprana así como personalizar el software educativo.
La inteligencia artificial está destinada a cambiar nuestro mundo, facilitando tareas tan dispares como los descubrimientos arqueológicos o la navegación de barcos autónomos. Y tampoco la educación académica escapará a su influencia. Ese es el objetivo de la investigación realizada por el Centro de Informática Educativa (CEI, por sus siglas en inglés) de la Universidad Estatal de Carolina del Norte. El grupo de investigadores presentó sus conclusiones en la conferencia AAAI sobre inteligencia artificial que se celebró el pasado mes de febrero en Nueva York. En su ponencia mostraron la forma en que habían aprovechado la inteligencia artificial para predecir el nivel de aprendizaje de un grupo de alumnos en juegos educativos. El enfoque adoptado fue el llamado aprendizaje multitarea, que evalúa la forma en que se afronta cada pregunta de una prueba en lugar de limitarse a valorar la nota final.
En este estudio en concreto se adoptó un modelo de diecisiete tareas que se correspondían con otras tantas preguntas que se plantearon a un total de 181 alumnos. En primer lugar, los alumnos jugaban a un juego educativo llamado Crystal Island en el que el sistema de IA evaluaba sus reacciones a cada reto. Posteriormente, la IA analizaba las respuestas de cada alumno a las preguntas de las tareas y las iba correlacionando. Así, una vez que se establecían las respuestas acertadas y erróneas a cada pregunta, el algoritmo asociaba las conductas del juego con el éxito en las respuestas sucesivas del cuestionario de nuevos alumnos. Los desarrolladores del sistema señalan que este modelo permitirá detectar los problemas de aprendizaje de forma automática simplemente evaluando la forma en que se afrontan los retos del juego educativo. De esta manera, se podrá ayudar a los alumnos y comprobar exactamente cuáles son sus dificultades.
En un futuro, según los desarrolladores, esto abrirá las puertas a un software educativo adaptativo que se vaya configurando a medida de cada usuario y frente a los escollos con los que se encuentra. Por ejemplo, se podría cambiar el enfoque de un reto para facilitar sus comprensión y resolución. El objetivo es aunar disciplinas dispares como la psicología, el aprendizaje de máquinas y la inteligencia artificial.
La inteligencia artificial como herramienta para el profesorado
La IA no reemplazará a los profesores, pero se prevé que las plataformas de inteligencia artificial sean una herramienta que permita atender las necesidades de grandes grupos de alumnos. Así, la IA detectará lagunas de conocimiento y podrá ofrecer alternativas y consejos como apoyo a la labor docente, además de ayudar en las tareas administrativas y de evaluación. En un futuro, cabe la posibilidad incluso de que la IA se combine con sistemas de reconocimiento facial para identificar gestos de perplejidad o falta de atención. Por último, es muy probable que estos sistemas tengan aplicaciones en la enseñanza online, lo que facilitará el aprendizaje de los alumnos sin posibilidad de acceso a clases presenciales. Lo indudable es que la IA y la educación están destinadas a ir de la mano. En una reciente encuesta encargada por Microsoft un 99,4 % de los profesores indicaron que la IA sería crucial para la educación en los próximos años.
Fuente: Science Daily, Technology Review, imnovation.