Israel Hurtado, fundador de la Asociación Mexicana de Hidrógeno, cree que este elemento químico puede ser atractivo en el portafolios de las energías alternativas.
El 20 de julio de 1969, la humanidad pisó la Luna por primera vez, y fue gracias al hidrógeno, combustible que alimentó el cohete de la gloriosa misión Apolo XI, que logró la hazaña de llegar al satelite natural de la Tierra. Hoy, el elemento más abundante en el universo cobra protagonismo de nuevo y se posiciona como una de las grandes promesas para mover al planeta; y México no quiere ser la excepción.
Las empresas han utilizado este combustible en diversas aplicaciones industriales, desde la refinación de petróleo hasta usos farmacéuticos y alimenticios, pero a través de procesos perniciosos para el medio ambiente y, más recientemente, con captura de emisiones contaminantes.
Hoy, esto puede cambiar. El hidrógeno verde, fuente no hostil con el medioambiente, no depende de hidrocarburos como el gas natural o el carbón para su obtención.
La producción de este energético consiste en separar el hidrógeno del oxígeno que hay en el agua mediante el proceso químico conocido como electrólisis, que requiere de energía eléctrica, en este caso, renovable, con lo que se evita la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera, como sí ocurre con el hidrógeno gris, que proviene del petróleo, o el azul, que se obtiene del gas natural.
“Es un tema viejo y nuevo. Se ha utilizado desde hace muchos años. El cohete Saturno V, de la misión Apollo XI, fue impulsado con hidrógeno. Lo nuevo es que es verde”, comenta, en entrevista, Israel Hurtado, fundador de la Asociación Mexicana de Hidrógeno.
El objetivo del grupo energético es realizar un diagnóstico sobre la situación del hidrógeno en México, ver cuáles son las oportunidades, posibles barreras y obstáculos para su entrada al mercado mexicano.
La nueva ola verde
La urgencia de Hurtado para poner el hidrógeno en la mesa nacional es que México enfrenta un rezago de hasta 15 años frente a países como Alemania, Estados Unidos y Chile, los cuales se apresuran a ser los líderes de esta tecnología, con estrategias nacionales para detonar proyectos e industrias.
“Alemania tiene un presupuesto de 2,000 millones de euros (mde) para apoyar proyectos fuera del país, y 7,000 mde más para proyectos de hidrógeno en el país”, recuerda el exsecretario ejecutivo de la Asociación Mexicana de Energía Solar (Asolmex).
Algunas empresas han dado los primeros pasos para utilizar hidrógeno en sus actividades. Por ejemplo, las compañías energéticas BP y Ørsted pretenden alimentar los procesos industriales de la refinería Lingen con hidrógeno verde, con ayuda de una planta de energía eólica en aguas superficiales del Mar del Norte.
Otro botón de muestra lo ha dado Airbus, firma que pretende que toda su flotilla aérea se considere “cero emisiones”, con conceptos de aeronave cuyas turbinas funcionen con combustión de hidrógeno.
México, ¿verde?
Hoy, la asociación cuenta con 25 socios, entre los que destacan gigantes como la alemana Siemens, la española Sener y la japonesa Mitsubishi. Entre los miembros nacionales están Gas Natural del Noroeste y la empresa que participa en la generación distribuida (techos solares) Enlight.
“Hay proyectos en Puebla y Guanajuato para producirlo derivado de proyectos solares; es lo más rápido ante el potencial de nuestro país en energía solar, eólica y geotermia”.
Entre los principales retos que enfrenta el hidrógeno verde está su alto costo, comparado con el hidrógeno gris (gas natural), azul (con captura de emisiones) o marrón (carbón).
La Agencia Internacional de Energía estima que el hidrógeno verde cuesta entre 3 y 7 dólares por kilo, mientras que el azul oscila entre 0.9 y 3.2 dólares. En el caso del hidrógeno azul, la cifra va de 1.5 a 2.9 dólares, y el hidrógeno marrón se ubica entre 1.2 y 2.2 dólares.
Esta organización calcula que, a largo plazo, en países como México los precios irían de 1.6 a 2.2 dólares por kilo, si se utilizaran paneles solares.
Hurtado habla también del caso de las subastas eléctricas derivadas de la Reforma Energética, cuyos costos de generación se desplomaron de 40 dólares, en la primera, hasta 19 dólares en la última ronda que realizó nuestro país.
Otro reto que enfrenta el hidrógeno verde es el consumo de agua, un recurso limitado en México, cuya infraestructura para su acceso puede ser un obstáculo considerable frente a agricultores locales y uso doméstico para poblaciones remotas en situación de pobreza.
“Ése es uno de los temas que hay que abordar, pero tecnológicamente ya se está [en ello]: se necesita cierta cantidad de agua; y el agua se regresa… no es que la consumas. Sacas la molécula, pero la regresas. Se puede utilizar agua de procesos residuales. Por eso es interesante”, explica.
Pero, quizá, el mayor obstáculo en el corto plazo para esta tecnología sea la postura actual del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador hacia las fuentes de energía renovable. Él ha criticado abiertamente la participación privada en ellas y sus bajos precios de generación, frente a los de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y sus plantas que utilizan combustibles fósiles o con tecnología limpia, pero obsoleta, lo que ha desatado una serie de medidas administrativas anticompetitivas para beneficiar a la empresa estatal.
“Veo una luz. En la comparecencia anual ante el Congreso de la Unión, a finales de 2019, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, dijo que había que ver el tema del hidrógeno. Entonces, ella sabe de la importancia del hidrógeno verde, de la tendencia mundial, [y] eso podría abrir cierta ventana para que la autoridad lo vea con otros ojos y no lo encasille con energía renovable o generación privada y sus inversiones”.
México tiene una gran ventaja competitiva en relación con el resto de América Latina y con Europa: su cercanía con Estados Unidos. Puede utilizar su potencial solar y eólico para producir hidrógeno verde y venderlo a la principal economía del mundo. O que México desarrolle tecnología de electrolizadores y abarate sus costos de producción, dice Israel Hurtado.
Fuente: https://www.forbes.com.mx/nuestra-revista-hidrogeno-verde-la-apuesta-energetica-en-mexico/