Cuando Steve Jobs presentó el iPad en 2010 el momento fue icónico. El entonces CEO y fundador de Apple decía frente a los miles de asistentes a su evento de presentación: “por años nos preguntamos si podía existir una tercer categoría de producto, que estuviera entre un iPhone y una Macbook. Nos dimos cuenta de que sí pero tendría que ser mejor al hacer ciertas cosas como: navegar por la web, email, ver fotos o videos, jugar videojuegos y leer libros”. Fue bajo esos preceptos que el iPad, la primera tablet multimedia de Apple nació.
El producto fue un éxito para la firma. El primer día de lanzamiento Apple vendió más de 300,000 unidades, similar que con los primeros modelos del iPhone los usuarios durmieron afuera de las tiendas de Apple en diferentes partes del mundo para poder adquirir la tablet.
La euforia no paró. A las semanas las ventas ya rebasaban el millón, a los pocos meses pasaron la marca de los 3 millones y para antes de que Steve Jobs presentará el iPad 2 en marzo de 2011, ocho meses antes de su fallecimiento, la firma de la manzana había creado una nueva categoría de producto con más de 15 millones de unidades vendidas.
Aunque Apple, no las creó como tal, las tablets se volvieron populares gracias a la compañía.
Pero Jobs y Apple se equivocaron en un concepto con el iPad, era un producto para consumir contenido, pero no para crearlo. Los usuarios podían navegar versiones móviles de Safari y Chrome, pero con amplias limitaciones, podían leer libros con mayor facilidad o ver fotos y videos en un mejor tamaño que las limitadas 3.5 pulgadas del entonces iPhone 4 y aunque el dispositivo les permitía escribir algunas líneas de sus correos electrónicos o documentos, su teclado virtual era incómodo y complejo para trabajar en materiales más extensos.
Y a medida que las pantallas de los teléfonos crecieron o que las computadoras fueron incorporando pantallas sensibles al tacto, dando vida modelos capaces de convertirse en tablets en cuestión de segundos o con el simple giro de una pantalla, la categoría que había creado comenzó a estancarse e incluso contraerse a partir de 2017 en adelante.
De acuerdo a su reporte financiero para el cuarto trimestre fiscal de 2018, uno de los más fuertes para la compañía pues contempla temporada navideña, la división de iPad registró ventas de 9.6 millones de unidades e ingresos por poco más de 4,000 millones de dólares.Las cifras fueron 6 y 15% menores, respectivamente a las registradas en el mismo periodo pero de 2017.
Los ingresos trimestrales de iPad eran una novena parte de lo que el iPhone dejaba a la compañía y poco más de la mitad de lo que la manzana ganaba por vender computadoras Macbook o iMac.
Sin embargo, Apple no solo se negó a desaparecer el producto, sino que a la fecha se ha negado rotundamente a convertir sus computadoras portátiles, las Macbooks, en dispositivos híbridos con capacidades de tablet como pantallas sensibles al tacto o teclados desmontables.
“El iPad cambió las reglas del juego en la informática portátil, rompió el modelo de diseño clásico de laptop plegable y le dio a la gente un dispositivo similar a una pizarra que era una computadora portátil completamente funcional”, dice en charla con Forbes México, Tim Bajarin, director y analista de Creative Strategies.
Aunque el analista, que ha seguido a Apple desde su fundación, reconoce que la firma en efecto vivió una desaceleración de los iPads en sus primeras generaciones y frente a contracciones de la industria la posición de la compañía en el sector es indudable.
“El iPad sigue siendo la tableta número uno más vendida en el mercado y cada vez vemos más desarrolladores creando software en específico para el equipo y a un Apple que busca darle más funcionalidad a través de actualizaciones cada año”, comenta.
Bajarin se refiere a los esfuerzos y millones de dólares que Apple ha invertido en los últimos cuatro años para sacar de la obsolescencia digital al último nuevo producto que le tocó lanzar a Steve Jobs.
Algunos ejemplos claros son la llegada del iPad Pro al mercado, el lanzamiento de accesorios para crear contenido como teclados o plumas digitales, y el intento de madurar el sistema operativo que corre en la tablet, al pasar de iOS a un versión más optimizada conocida como iPad OS
Es su estrategia de marketing, la manzana incluso promociona al iPad como una computadora, similar o mejor que las PC de escritorio o portátiles con Windows, es decir, ideal para trabajar o crear contenidos, pero con toda la versatilidad que siempre ha tenido para consumirlo.
“El secreto del éxito de Apple es el ecosistema de hardware, software y servicios. Los desarrolladores de Apple han creado aplicaciones poderosas para el iPad que lo hacen capaz de hacer prácticamente cualquier cosa que uno pueda necesitar en un dispositivo informático móvil”, dice Bajarin.
Y aunque el iPad, incluso en su versión Pro, aún está lejos de funcionar como un reemplazo de una computadora para los usuarios más demandantes o sectores específicos como gaming, edición de video avanzando o construcción, su estrategia para estar funcionando entre los usuarios generales, incluso con la pandemia, ha dado una nueva vida a todo el sector de las tablets a nivel mundial.
De acuerdo con datos de la firma de consultoría IDC, de los 164 millones de tablets multimedia que se vendieron en 2020 alrededor del planeta, 53.2 millones (32.5%) llevan el logotipo de Apple. Su competidor más cercano, Samsung, controla cerca del 19% del mercado global.
Y aunque para muchos el iPad no es una computadora, Apple vendió más tablets en 2020, que todos los sistemas de cómputo que despachó Dell Technologies, el tercer fabricante más grande de PC en el mundo, en el mismo periodo (50.2 millones de PC).
“Impactado por la pandemia, el mercado de tabletas alcanzó niveles de envío no vistos desde el cuarto trimestre de 2017, cuando el total fue de 49.9 millones. La demanda sin precedentes en los segmentos de consumidores y educación debido al trabajo desde casa y el aprendizaje en línea indudablemente ha llevado al resurgimiento de la demanda de tabletas”, explicó en el reporte de IDC, Anuroopa Nataraj, analista de investigación de Worldwide Quarterly Personal Computing Device Tracker.
Nataraj señala que es justo en esos sectores en los que Apple ha concentrado su apuesta con productos como el iPad Air y el iPad Pro:
“Apple volvió a liderar el mercado de las tabletas (…) Las nuevas tabletas iPad 10.2 y iPad Air 10.9 lanzadas en los dos últimos trimestres ayudaron a impulsar las ventas durante el trimestre de vacaciones. Con las restricciones de la pandemia aún vigentes y el aprendizaje remoto aún como el modo principal de enseñanza, hubo varias implementaciones importantes de iPads en el segmento educativo”.
Para Apple la estrategia se ha visto reflejada en ingresos. En 2020, iPad tuvo ingresos por más de 23,724 millones de dólares, 11 y 16% más que lo registrado en 2019 y 2018, respectivamente. Y si bien la cifra aún está muy lejos de los más 137,000 millones de dólares que Apple facturó gracias al iPhone. La división es casi tan grande como su unidad de cómputo Mac (28,622 millones de dólares).
Se estima que a la fecha, Apple ha vendido más de 500 millones de iPad en sus 11 años de vida del producto.
Nataraj de IDC alerta que la categoría difícilmente mantendrá el momentum durante los siguientes años debido a que “enfrenta una inmensa competencia de portátiles y teléfonos inteligentes”.
Una respuesta a esta posible competencia es la nueva iPad Pro de 2021, la primera que tiene el nuevo procesador propietario de Apple M1 y que es exactamente el mismo chip que impulsan las Macbook y las iMac, en esencia convirtiendo a la tablet en una computadora portátil capaz de correr cualquier tipo de software, incluso aquellos programas de alta demanda para creadores de contenido, editores de video o diseño.
Sin embargo, Bajarin de Creative Strategies asegura que pese a la competencia y la posible contracción del sector, Apple difícilmente unirá la categoría de iPad con Macbooks; sin embargo, sí las hará trabajar de forma más cercana en su ecosistema.
“La nueva función de Universal Control, que permite utilizar de forma simultánea una iPad y una Mac de manera transparente y compartir contenidos hace que estos dos productos sean aún más importantes para quienes los usan, tanto en su trabajo como en sus actividades educativas”, dice Bajarin y agrega: “esto también deja en claro que Apple no tiene planes de fusionar los sistemas operativos, simplemente trabajaran juntos y compartirán software”.
Es decir, para Apple el iPad es un reemplazo altamente capaz e incluso mejor que muchas computadoras del mercado (con Windows), pero eso no significa que sea mejor o un reemplazo para una Macbook.
Fuente: Forbes México