Las alteraciones que el distanciamiento social ha provocado en la oficina hacen que simples acciones que antes se daban por sentado, como hacer un café o recoger un documento de la impresora, sean ahora más complejas y deban ser supervisadas. La tecnología de impresión sin contacto facilita esta tarea.
Los lugares de trabajo y oficinas son algo más que espacios para que los empleados desempeñen su trabajo. Son un lugar donde los trabajadores se sienten cómodos y seguros para llevar a cabo sus funciones, y para la gran mayoría, proporciona además un aspecto de inclusión social y pertenencia. Pero con la pandemia aun latente en todo el mundo, las oficinas han tenido que adaptarse para promover la salud de sus empleados, bajo estrictas medidas de distanciamiento social. En medio de esta nueva necesidad de distanciarnos, la tecnología se ha convertido en un elemento central para ayudar a facilitar la nueva normalidad. Uno de estos desarrollos es la impresión sin contacto.
Desde el nacimiento de la oficina moderna, las impresoras han sido la piedra angular del lugar de trabajo. En muchos casos, actúan como puntos de encuentro informales, un lugar en el que la gente debate y comparte ideas con los compañeros. Pero con los nuevos protocolos de oficina, no solo se debe evitar el contacto humano alrededor de una impresora compartida, sino también el contacto con superficies al alcance de muchas personas, como puede serlo una pantalla táctil. La tecnología de impresión sin contacto permite a los usuarios enviar un trabajo de impresión sin tener ningún contacto físico con la impresora.
En la tecnología de impresión sin contacto, la se puede utilizar una tarjeta para lanzar un trabajo de impresión, permitiendo que los usuarios puedan imprimir sus documentos solo cuando están físicamente delante de la impresora, reduciendo las impresiones que no se han recuperado y minimizando el contacto con el dispositivo al no tener que buscar entre impresiones descartadas para encontrar la que se necesita. La información confidencial permanece segura, los costes se reducen y la empresa sigue cumpliendo con la normativa.
Este tipo de tecnología ayuda a seguir siendo productivos y a trabajar de forma segura en espacios compartidos. Y si todos nos comportamos de manera sensata y respetamos la distancia social, incluso las conversaciones informales pueden continuar poniéndose en común alrededor (o al menos cerca) de la impresora.
Fuente: https://impresiondigital.ituser.es