Sonda japonesa regresa a la Tierra con polvo de asteroide

Científicos de la agencia japonesa JAXA esperan que el material sirva para entender el origen de la vida en nuestro planeta. Esta parte de la misión tardó seis años, pero el viaje espacial continúa.

Hayabusa-2.
Hayabusa-2.

Después de seis años de viaje por el espacio, una sonda japonesa regresó la madrugada de este domingo (06.12.2020) a la Tierra con muestras de un lejano asteroide. La cápsula, que se había separado poco antes de la nave espacial Hayabusa-2, a 220.000 kilómetros de distancia de la Tierra, aterrizó en una zona desértica aislada de Australia tras trazar un limpio arco en la noche. Gracias a sus indicadores de posición, la sonda fue hallada rápidamente.

Los científicos esperan que las muestras tomadas del asteroide Ryugu permitan desentrañar una serie de enigmas sobre el origen de la vida y la formación del universo, pese a que se trata de apenas 0,1 gramos de «polvo estelar». «Seguimos sin conocer el origen de la vida en la Tierra y a través de esta misión, si somos capaces de estudiar y comprender estos materiales orgánicos, podría ser que fuesen la fuente de la vida en la Tierra», indicó el director del proyecto, Makoto Yoshikawa.

«Seis años después, por fin vuelve a la Tierra», narró un responsable del programa espacial japonés en directo, mientras otros saltaban y festejaban emocionados en la sala de control. Del tamaño de un refrigerador, la cápsula atrapó en dos fases las muestras. Por un lado, pudo recoger polvo de la superficie, y posteriormente, material del interior de Ryugu que fue capturado al dispararle un proyectil. Los científicos creen que este material no ha cambiado desde la formación del universo.

Algarabía entre científicos y técnicos japoneses.
Algarabía entre científicos y técnicos japoneses.

Larga misión para Hayabusa

Poco después de llegar a la Tierra, la agencia espacial japonesa, JAXA, dio cuenta de que la cápsula había sido hallada por un helicóptero que se desplazó hacia la zona desde donde recibió la señal de la radiobaliza. «¡Hermoso! Estamos impresionados por la entrada en la atmósfera», dijo en declaraciones a la cadena pública nipona NHK el director del proyecto de JAXA, Yuichi Tsuda.

Hayabusa2 estuvo en las proximidades de Ryugu durante año y medio y llegó a aterrizar en su superficie el 22 de febrero de 2019, por primera vez, y volvió a hacerlo el 11 de julio de 2019. La misión de Hayabusa está lejos de terminar. Ahora efectuará una serie de órbitas alrededor del Sol durante unos seis años, antes de acercarse a su próximo objetivo, el asteroide 2001 CC21, en julio de 2026. Los científicos esperan que pueda fotografiarlo «pasando a gran velocidad».

Hayabusa-2 se dirigirá luego hacia su blanco principal: 1998 KY26, un asteroide esférico de un diámetro de sólo 30 metros. Cuando la sonda lo alcance en julio de 2031, se encontrará a unos 300 millones de km de la Tierra.

DZC (EFE, AFP)

SONDAS VOYAGER: DOS DE LOS PROYECTOS MÁS EXITOSOS DE LA NASA

El 20 de agosto de 1977, la NASA lanzó la Voyager 2, un vuelo récord que todavía continúa. El 5 de septiembre, le siguió la Voyager 1, construida de forma idéntica. El objetivo inicial de la misión era obtener más información sobre Júpiter y Saturno, planetas que todavía estaban en gran parte inexplorados. Gracias a las baterías de plutonio de larga duración, ambas naves siguen activas.
Sondas hermanas
El 20 de agosto de 1977, la NASA lanzó la Voyager 2, un vuelo récord que todavía continúa. El 5 de septiembre, le siguió la Voyager 1, construida de forma idéntica. El objetivo inicial de la misión era obtener más información sobre Júpiter y Saturno, planetas que todavía estaban en gran parte inexplorados. Gracias a las baterías de plutonio de larga duración, ambas naves siguen activas.
Con un peso de 825 kilos en la Tierra, las sondas Voyager se encuentran entre las mayores historias de éxito de la NASA. Ambas todavía envían regularmente datos confiables desde el espacio. Pero se están alejando cada vez más de la Tierra y se espera que la conexión de radio funcione hasta 2030.
Poder duradero
Con un peso de 825 kilos en la Tierra, las sondas Voyager se encuentran entre las mayores historias de éxito de la NASA. Ambas todavía envían regularmente datos confiables desde el espacio. Pero se están alejando cada vez más de la Tierra y se espera que la conexión de radio funcione hasta 2030.
El 25 de agosto de 2012, la Voyager 1 cruzó la heliopausa, una de las fronteras de nuestro sistema solar. Allí comienza el espacio interestelar de nuestra galaxia, la Vía Láctea. La Voyager 1 fue el primer objeto hecho por el hombre que cruzó la frontera del sistema solar. Asimismo, es el que ha llegado más lejos de la Tierra.
Voyager 1, el objeto hecho por el hombre que más lejos ha llegado de la Tierra
El 25 de agosto de 2012, la Voyager 1 cruzó la heliopausa, una de las fronteras de nuestro sistema solar. Allí comienza el espacio interestelar de nuestra galaxia, la Vía Láctea. La Voyager 1 fue el primer objeto hecho por el hombre que cruzó la frontera del sistema solar. Asimismo, es el que ha llegado más lejos de la Tierra.
Poco tiempo después, le siguió la Voyager 2. El 5 de noviembre de 2018, la sonda hermana se adentró en el espacio interestelar. La evaluación de las mediciones ha arrojado ahora resultados sorprendentes y tirado por la borda algunas teorías históricas.
Desmintiendo teorías
Poco tiempo después, le siguió la Voyager 2. El 5 de noviembre de 2018, la sonda hermana se adentró en el espacio interestelar. La evaluación de las mediciones ha arrojado ahora resultados sorprendentes y tirado por la borda algunas teorías históricas.
El sistema solar tiene diferentes fronteras. La primera es el choque de terminación, donde los vientos solares reducen su velocidad drásticamente. Después de la heliosfera viene la heliopausa, que es el borde de la burbuja espacial donde las erupciones solares nos protegen de los rayos interestelares. Hasta ahora, la suposición era que los vientos disminuían gradualmente.
En el borde de la burbuja espacial
El sistema solar tiene diferentes fronteras. La primera es el «choque de terminación», donde los vientos solares reducen su velocidad drásticamente. Después de la heliosfera viene la heliopausa, que es el borde de la burbuja espacial donde las erupciones solares nos protegen de los rayos interestelares. Hasta ahora, la suposición era que los vientos disminuían gradualmente.
Pero las mediciones comparativas de las dos sondas hermanas han demostrado que hay una frontera muy fina en el interior de nuestro sistema solar. Y la temperatura del medio interestelar es significativamente más alta de lo esperado. Los investigadores sospechan que la heliosfera podría empujar una especie de onda de arco a través del medio interestelar frente, pero esto todavía debe medirse.
La emoción aumenta
Pero las mediciones comparativas de las dos sondas hermanas han demostrado que hay una frontera muy fina en el interior de nuestro sistema solar. Y la temperatura del medio interestelar es significativamente más alta de lo esperado. Los investigadores sospechan que la heliosfera podría empujar una especie de onda de arco a través del medio interestelar, pero esto todavía debe medirse.
Además de los descubrimientos interestelares, las naves espaciales tenían mucho más que develar. La Voyager 1 envió esta imagen de Júpiter el 1 de enero de 1979. La sonda tomó un total de 17.477 imágenes del planeta y sus cuatro lunas. Estas imágenes demostraron por primera vez la existencia del sistema de anillo delgado que rodea al planeta.
Júpiter desde todos los ángulos
Además de los descubrimientos interestelares, las naves espaciales tenían mucho más que develar. La Voyager 1 envió esta imagen de Júpiter el 1 de enero de 1979. La sonda tomó un total de 17.477 imágenes del planeta y sus cuatro lunas. Estas imágenes demostraron por primera vez la existencia del sistema de anillo delgado que rodea al planeta.
La Voyager 1 también documentó las corrientes atmosféricas en Júpiter, como se ve en esta imagen. Después de volar por Júpiter, la Voyager 1 alcanzó una velocidad de 16 kilómetros por segundo debido a la fuerza gravitacional del planeta.
Fotos en gran detalle
La Voyager 1 también documentó las corrientes atmosféricas en Júpiter, como se ve en esta imagen. Después de volar por Júpiter, la Voyager 1 alcanzó una velocidad de 16 kilómetros por segundo debido a la fuerza gravitacional del planeta.
 La Voyager 2 envió a la Tierra esta foto a todo color de Saturno. La sonda alcanzó el sexto planeta en nuestro sistema solar en 1981. En términos del espacio exterior, esta foto es un primer plano real: fue tomada desde una distancia de solo 21 millones de kilómetros.
Saturno es beige, aparentemente
La Voyager 2 envió a la Tierra esta foto a todo color de Saturno. La sonda alcanzó el sexto planeta en nuestro sistema solar en 1981. En términos del espacio exterior, esta foto es un primer plano real: fue tomada desde una distancia de solo 21 millones de kilómetros.
Las distantes sondas son monitoreadas y controladas por el centro de control de la misión Voyager en el Instituto de Tecnología de California, en Pasadena (en esta foto de 1980). Por supuesto, el equipo es hoy en día mucho más moderno. Pero la NASA tiene que consultar regularmente a los ingenieros que diseñaron y construyeron la Voyager, a pesar de que se retiraron hace mucho tiempo.
Todo bajo control
Las distantes sondas son monitoreadas y controladas por el centro de control de la misión Voyager en el Instituto de Tecnología de California, en Pasadena (en esta foto de 1980). Por supuesto, el equipo es hoy en día mucho más moderno. Pero la NASA tiene que consultar regularmente a los ingenieros que diseñaron y construyeron la Voyager, a pesar de que se retiraron hace mucho tiempo.
Las sondas llevan estos discos dorados brillantes en caso de que encuentren vida en su viaje interminable. Los discos contienen imágenes y sonidos de personas, animales y la naturaleza de la Tierra. Una aguja e instrucciones detalladas también están incluidas. Es probables que los extraterrestres no tengan un tocadiscos.
Sonidos de la Tierra para los extraterrestres
Las sondas llevan estos discos dorados brillantes en caso de que encuentren vida en su viaje interminable. Los discos contienen imágenes y sonidos de personas, animales y la naturaleza de la Tierra. Una aguja e instrucciones detalladas también están incluidas. Es probables que los extraterrestres no tengan un tocadiscos.
Autor: Friedel Taube, Fabian Schmidt

FUENTE: www.dw.com

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