TEXCOCO, México.- (Texcoco Press).- La tecnología se ha convertido en una herramienta para la seguridad, ya no sólo mediante las cámaras de seguridad, sino con diversas aplicaciones y métodos para mantener un control sobre quienes pueden entrar a una unidad habitacional, escuela, empresa, edificios públicos, o mediante apps que permiten a los vecinos mantener códigos de seguridad, para emitir una alerta que los ayuden ante situaciones de emergencia y que también movilice tanto a cuerpos privados de seguridad como a la seguridad pública, pero a dichas herramientas pueden acceder quienes cuenten con los recursos económicos necesarios para invertir.
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La inseguridad que se ha apoderado de gran parte del país, ha generado un auge en materia de seguridad, con herramientas cada vez más capaces de emitir alertas en tiempo real por la conexión a internet; aquellas aplicaciones que salían a principios de la década de 1990 con películas sobre espías que localizaban a sus enemigos mediante la geolocalización, es en la actualidad una realidad que no es exclusiva de los espías o de las grandes agencias de seguridad a nivel mundial, cualquier persona puede convertir su teléfono móvil en una herramienta de localización.
Prueba de ello, se puede ver con la ubicación que personas han realizado cuando han sido víctimas del robo de su teléfono móvil, mediante su corre y contraseñas, pueden pedir la ubicación exacta de su móvil, pero la policía aún no cuenta con los permisos necesarios para acudir al lugar y realizar operativos; a esto se agrega que una vez eliminando la cuenta del dispositivo, a pesar del registro único, se puede cambiar la ubicación.
Pero además de los avances, poder contar con mecanismos tecnológicos avanzados para la seguridad, se debe contar con la inversión suficiente para contar con todo un circuito de seguridad avanzada; lo cual se podría traducir en que una buena seguridad, desde elementos hasta la tecnología, es solo para quien puede mantenerla, generando una diferencia social, que no sólo no termina con la inseguridad, sino que la fomenta mediante un círculo social que no termina.
De esa forma, aunque existan aplicaciones que generen el vínculo entre la tecnología y la seguridad a cada vez un mayor rango de la población, los avances siguen siendo una inversión costosa que solo puede mantener un bajo porcentaje de la población; lo mismo se traduce en la seguridad pública, donde el crimen organizado puede contar con una tecnología igual e incluso superior a la que tiene la seguridad pública, generando una especie de indefensión para la sociedad.
Fuente: www.alianzatex.com
