Un 55% de empleados en México reportan más tensión y agotamiento por teletrabajo, ¿qué hacer?

De acuerdo con una encuesta realizada por la Universidad Iberoamericana, a mediados de 2020, 3 de cada 10 mexicanos presentaban síntomas de tensiones físicas o emocionales.

Y es que la crisis sanitaria y el confinamiento originados por COVID-19 aumentaron  los niveles de estrés, ansiedad y depresión.

Asimismo, la bolsa de trabajo OCC Mundial, dio a conocer que 55% de los empleados en México manifiestan un incremento en sus niveles de tensión y agotamiento por el teletrabajo y las preocupaciones del aislamiento.

Bajo este  contexto, todas las áreas de vida se están viendo afectadas, ya sea que sus efectos sean evidentes o no, por lo que las  empresas enfrentan nuevos retos para  actuar de forma empática, cuidar la salud emocional de sus colaboradores y al mismo tiempo impulsar la productividad de forma responsable.

De acuerdo con Paola Rubio, consultora en desarrollo personal y especialista de Aprende Institute en temas de Inteligencia Emocional, “los factores que convergen para esta situación son múltiples, complejos y requieren de una red de apoyo y acciones para atenderlas”. Rubio, describe estos factores de la siguiente forma:

?         Factores intrínsecos al COVID-19. Que incluyen el temor a contagiarse o contagiar a otros; confundir síntomas de otros problemas de salud; las noticias cercanas y globales sobre el tema.

?         Experiencia traumática y pérdida. La despedida  de seres queridos o cercanos más un proceso de luto atropellado, solitario o no atendido; así como la sensación de impotencia y el efecto de no poder estar como soporte emocional para otros; por ejemplo, el acompañamiento ante una pérdida.

?         Tensión económica y laboral. Desde reducciones de sueldo, pérdida de las fuentes de ingreso, equipos disminuidos con mayor cantidad de trabajo y la desaparición de horarios claros para los trabajadores remotos, o el estrés de trasladarse para un gran sector que no puede hacer trabajo a distancia.

?         Tensión en el hogar. Se suman las problemáticas relacionadas con la casa misma y la convivencia de múltiples actividades fuera de los horarios comunes; o por ejemplo, que donde se viva se estudie y trabaje. Incluso para algunos se sumó el cuidado de niños pequeños o adultos mayores, para lo cual no tienen apoyo externo.

?         El aislamiento mismo. Menos tiempo al aire libre, reducción de la actividad física y disminución de opciones de actividades. Tan sólo la falta de exposición al sol puede generar una disminución de Vitamina D, que puede afectar en el sistema inmunológico y desencadenar incluso futuros padecimientos óseos y otras enfermedades.

?         Tecnoestrés. De acuerdo con la coordinación de psicología organizacional de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el 75% de los trabajadores mexicanos padecen “Tecnoestrés”, el cual se  refiere al malestar  derivado de la introducción y uso de nuevas tecnologías en el trabajo. Concretamente consiste en una mala adaptación para tratar con las nuevas tecnologías de manera saludable. Hoy este mal se ha disparado tres veces más que antes de  la pandemia.

“Esto desencadena un incremento en niveles de ansiedad, estrés, depresión y soledad. Debemos trabajar la parte emocional de forma activa, y ser empáticos al tiempo que reconocemos que no todas las situaciones son iguales, algunas personas pueden hacer trabajo en casa, otras no; algunos niños tienen clases en línea, otros sólo tienen una televisión como guía. No hay una sola respuesta para los cambios que la pandemia puede hacer en las personas, pero es importante que sobrellevar los problemas no se haga en soledad”, aseveró la especialista.

Efectos psicológicos negativos

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, entre los efectos psicológicos negativos del confinamiento se encuentran la confusión, el enojo, el agotamiento, el desapego, la ansiedad, el deterioro del desempeño y la resistencia a trabajar, lo que llevaría incluso a trastorno de estrés postraumático y depresión.

“En el contexto actual, en que la línea entre trabajo y hogar desaparece, las empresas tienen una responsabilidad por ser también un mecanismo de soporte para sus colaboradores al  brindarles recursos que les permitan contar con apoyo profesional y herramientas para trabajar su salud emocional y la de sus seres queridos”, asegura Felipe Bedoya, vicepresidente comercial para Latinoamérica de Aprende Institute.

De acuerdo con el directivo, todas las empresas pueden trabajar en programas de apoyo a empleados. “Hay algunas que ya tenían planes de apoyo emocional y que han encontrado nuevos canales para proporcionarlos. Pero hay beneficios como gimnasios, viajes u otros que han sido reemplazados por recursos en línea enfocados en brindar soporte emocional a los empleados. Esto es una acción responsable y además se refleja en incremento de la productividad del trabajador, mejora del rendimiento colectivo y aumento en la retención de talento. Las empresas que proporcionan estos esquemas son más valoradas por los colaboradores, y algunas soluciones se van a establecer como superiores a las prestaciones tradicionales y consolidarse como parte de la oferta permanente de beneficios”, puntualiza Bedoya.

¿Qué hacer entonces?

De acuerdo con Aprende Institute para Empresas, entre las acciones que pueden implementar los expertos en recursos humanos para brindar apoyo a sus colaboradores en una crisis como la actual se encuentran:

1.        Comunicación y empatía. Es importante reconocer que cada empleado enfrenta situaciones diferentes. En la medida de que puedan conocerse, conectar con ellas y responder a las mismas, una organización puede brindar un mejor soporte y obtener lo mejor de una persona. Según Paola Rubio: “una persona debería sentirse apoyada por su equipo y en una videollamada (de muchos otros casos) no sentir la presión de tener que activar su cámara, dejar de atender a su bebé recién nacido, o que se escuchen distintos ruidos, y eso es respeto y comprensión de todos”.

2.        Ambiente de confianza y flexibilidad. Si la empresa puede crear un entorno claro para un trabajo asíncrono, puede fomentar un ambiente de mayor calma, disminuir urgencias, e involucrar a los empleados en la toma de decisiones y en la mejora de los procesos.

3.        Herramientas de soporte individual. Ya sea a través de sesiones de trabajo directo con terapeutas, charlas o cursos en línea para el desarrollo de la inteligencia emocional y en la adquisición de nuevas herramientas.

Fuente: cio.com.mx