Dotado de una potente luz ultravioleta e inteligencia artificial, permitie crear espacios seguros en hospitales, hoteles y zonas públicas.
No lleva mascarilla, ni EPI, ni ningún otro tipo de protección, pero pasea a sus anchas por los hospitales con presencia de coronavirus. Tampoco le hace falta: es un nuevo tipo de robot autónomo que logra desinfectar de coronavirus cualquier espacio en el plazo de unos pocos minutos. Si hace unos días hablábamos del peligro que suponen las superficies contaminadas y las nuevas herramientas para detectar el coronavirus, esta vez traemos una máquina mucho más expeditiva. Desarrollado por una empresa danesa, el robot emplea una lámpara de luz ultravioleta concentrada (UV-C) para acabar con la amenaza vírica.
Este innovador proyecto tecnológico, además de contar con la lámpara de rayos ultravioleta, puede desplazarse por las estancias de forma autónoma gracias a la utilización de algoritmos de inteligencia artificial. Además, de eliminar los gérmenes de las superficies, acaba también con cualquier patógeno nocivo en el aire. Bastan diez minutos para eliminar el 99,99 % de los microorganismos dañinos de una habitación de hospital estándar. El sistema de inteligencia artificial permite que la máquina se centre en zonas especialmente suspectibles de contaminación como lavabos, picaportes o camas de pacientes. Posteriormente, puede despalzarse por su cuenta a otras habitaciones. Dado que la intensidad de la luz puede ser dañina para un ser humano, el robot se desconecta automáticamente en cuanto detecta una persona en las inmediaciones. Por último, cuenta con un módulo adicional para detectar la presencia de bacterias y fluidos biológicos por medio de fluorescencia a fin de evaluar la higiene del centro hospitalario.
Un proyecto tecnológico de una utilidad inesperada
Sus desarrolladores explican que el proyecto comenzó en 2014, cuando un grupo de hospitales daneses les solicitó una solución tecnológica para desinfectar los centros de gérmenes y bacterias. Los primeros prototipos se lanzaron en 2018 y en 2019 fue galardonado con el premio IERA, uno de los más prestigiosos de la industria robótica. Sin embargo, nadie sospechaba que se convertiría en una valiosa herramienta ante una de las peores pandemias desde la gripe española de 1918. Su estreno en el campo del Sars-CoV-2 se produjo en China, en la ciudad de Wuhan, durante el primer trimestre de este año.
Además de habitaciones de hospital, el robot puede utilizarse en áreas en cuarentena y laboratorios sin necesidad de ayuda humana y reduciendo así los riesgos de contagio. También podría tener aplicaciones civiles en el nuevo escenario postcoronavirus. Ante el proceso de desesescalada que se está produciendo en numerosos países del mundo, son muchos los que se preguntan de qué manera podrán gestionarse a partir de ahora hoteles, aeropuertos y otros lugares públicos sin riesgo para la salud. Este tipo de robots, que no requieren productos de limpieza agresivos o contaminantes, podría ser una de las respuestas.
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Fuente: Comisión Europea