¿Puede la tecnología ayudarnos a comer mejor?

(Science Times)

Una nueva generación de empresas digitales de salud ofrece a los consumidores una forma inusual de transformar la manera en que comen, con la promesa de mejorar la salud metabólica, aumentar los niveles de energía y conseguir una ruta personalizada para mejorar la salud. Su propuesta: identificar los alimentos que son mejores para ti mediante el análisis de cómo estos afectan tus niveles de azúcar en sangre.

Las empresas, entre las que se encuentran Levels, Nutrisense y January, ofrecen a sus clientes monitores continuos de glucosa, dispositivos elegantes y portátiles que se colocan en el brazo y miden los niveles de glucosa del cuerpo las 24 horas del día, sin necesidad de pinchazos en la piel. Los dispositivos transmiten esos datos a tu teléfono inteligente, lo que te permite ver en tiempo real cómo influye la dieta, el sueño, el ejercicio y los niveles de estrés en tus niveles de glucosa.

Los dispositivos pueden mostrarles a los usuarios en tiempo real cuáles son los alimentos y refrigerios favoritos de cada uno que pueden hacer que sus niveles de azúcar en sangre se disparen y se desplomen, lo que los hace sentir cansados y lentos después de las comidas. Estos pueden revelar cómo la práctica habitual del ejercicio, o simplemente dar una breve caminata después de una comida abundante, ayuda a mejorar el control de la glucemia. En el caso de algunas personas, los dispositivos pueden dar señales de advertencia de que quizá presenten un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y otros tipos de enfermedades metabólicas.

Los monitores continuos de glucosa se desarrollaron hace décadas para ayudar a las personas con diabetes a controlar la glucemia. En el caso de las personas con diabetes tipo 1, estos dispositivos, que requieren receta médica, se consideran el estándar de atención, ya que los liberan de la carga de tener que pincharse los dedos varias veces al día para verificar su nivel de azúcar en sangre, pero ahora las empresas de salud digital están utilizando los dispositivos para comercializar programas que aprovechan la creciente demanda de nutrición personalizada, una industria multimillonaria.

“Hemos tenido dispositivos que registran muchas otras cosas como el sueño, el estrés y la aptitud física”, señaló Casey Means, cirujana y cofundadora de Levels, donde es directora médica. “Pero un monitor continuo de glucosa mide un biomarcador interno como un laboratorio diminuto en nuestros brazos. Es la primera vez que se utiliza para una población en general con la finalidad específica de tomar decisiones relacionadas con el estilo de vida”.

Aunque la mayoría de la gente sabe que comer alimentos chatarra azucarados como galletas, pasteles y gaseosas puede causar estragos en sus niveles de azúcar en sangre, los estudios muestran que las personas pueden tener una amplia gama de respuestas a muchos alimentos. En un estudio interesante de 2015, investigadores de Israel estudiaron a 800 adultos durante una semana, utilizando monitores continuos para registrar sus niveles de glucosa. Descubrieron que, aun cuando las personas comían los mismos alimentos (como pan y mantequilla o chocolate), algunas presentaban picos importantes de azúcar en sangre, mientras que otras no. Los investigadores concluyeron que una serie de factores propios de cada persona, como el peso, la genética, el microbioma intestinal, el estilo de vida y la sensibilidad a la insulina, determinan la respuesta a distintos alimentos.

En general, las autoridades sanitarias consideran que un nivel saludable de azúcar en sangre en ayunas (medido tras un ayuno nocturno) es inferior a 100 miligramos por decilitro. Es normal que el azúcar en la sangre aumente después de las comidas, pero en un estudio de 2018, los investigadores de la Universidad de Stanford descubrieron que cuando les pidieron a 57 adultos que usaran monitores continuos de glucosa durante dos semanas, muchas personas consideradas “sanas” según los estándares normales notaron frecuentemente cómo su azúcar en sangre se disparaba a niveles que indicaban diabetes, una señal de que podrían estar en camino de desarrollar diabetes tipo 2. Otras investigaciones indican que estas grandes variaciones de azúcar en sangre están relacionadas con enfermedades cardiacas e inflamación crónica, que se considera cada vez más la base de una amplia gama de padecimientos relacionados con la edad, desde las enfermedades cardiacas, la diabetes y el cáncer hasta la artritis, depresión y demencia.

Los programas, que el seguro no cubre, no son baratos. El precio inicial de Levels es de 395 dólares, que incluye una consulta de telemedicina y dos monitores de glucosa Abbott FreeStyle Libre programados para funcionar durante catorce días cada uno. Nutrisense ofrece una variedad de paquetes que van desde 175 dólares por un programa de dos semanas hasta 160 dólares al mes por un contrato de dieciocho meses. January cobra 288 dólares por su programa introductorio “Season of Me”, que incluye dos monitores de glucosa, un pulsómetro y acceso a la aplicación de la empresa durante tres meses.

Sin embargo, ¿valen la pena?

A fin de tener un panorama más amplio, me inscribí para utilizar el programa Levels durante un mes. Puesto que soy periodista de salud que escribe sobre nutrición, intento seguir una dieta bastante saludable y una rutina de ejercicio con muchos alimentos frescos y pocos alimentos chatarra o refrigerios azucarados, así que no esperaba aprender mucho del programa, pero mantuve la mente abierta.

Para empezar, llené un breve cuestionario de salud en línea. A continuación, Levels me envió dos monitores de glucosa FreeStyle Libre, recetados por un médico afiliado a la empresa. Siguiendo las instrucciones, me coloqué el dispositivo (un pequeño parche con un diminuto sensor del tamaño de un cabello humano) en la parte posterior del brazo. El sensor mide el “líquido intersticial” bajo la piel y lo utiliza para calcular los niveles de azúcar en sangre.

El monitor me ayudó a identificar alimentos que no tenía ni idea de que me subían el azúcar en sangre, como las barritas de proteínas y la pasta de garbanzos; sin embargo, mediante el método de ensayo y error, también me ayudó a encontrar alternativas. Un día comí una ensalada con salmón a la parrilla y me di cuenta de que se elevó mi glucemia. Pronto me di cuenta de la razón: había bañado la ensalada con vinagre balsámico, que resulta que contiene mucha azúcar. Al día siguiente, repetí la comida, pero con vinagre de vino tinto, que no contiene azúcar. ¿El resultado? Mi medidor continuo de glucosa mostró que no había ningún pico de azúcar en sangre ni ninguna caída.

Means afirma que las personas suelen sorprenderse al saber la cantidad de azúcar que esconden los alimentos, sobre todo en salsas, condimentos y aderezos, pero no todo el mundo es igual y la gente aprende trucos, como combinar los carbohidratos con las proteínas o las grasas (por ejemplo, al añadir mantequilla de almendras a las hojuelas de avena o a una manzana) para atenuar la respuesta del azúcar en sangre a ciertos alimentos.

El monitor también reforzó la importancia del ejercicio. Me percaté de que los días que salía a correr, o incluso a caminar durante quince minutos, la actividad física me ayudaba a mantener el nivel de glucemia en un rango estable después de las comidas.

Fuente: www.infobae.com